Con cada Árbol de La Esperanza se plantan historias, que arrullará el viento, se dibujan sonrisas que se extenderán como los bosques en nuestro páramo, un lugar del que brotará agua, como fluyen los recuerdos del momento más especial.

Árbol de La Esperanza es un regalo perdurable para exaltar la vida y el legado; una alternativa que contribuye con la reducción de emisiones de CO2; una forma de garantizar la regulación hídrica de las cuencas que nos surten de agua; un aporte que vincula a las comunidades que habitan el bosque altoandino.

Árbol de La Esperanza, junto con otras estrategias, permite el desarrollo de soluciones económicas que contribuyen al bienestar y calidad de vida de lasa familias que habitan nuestros páramos al brindar alternativas agrícolas rentables que desincentivan la necesidad de expandir la producción hacia zonas protegidas.